HomoErótica

La homoerótica en la fotografía contemporánea se ha convertido en un campo significativo que con sus narrativas refleja y desafía las normas culturales sobre la sexualidad y el género. Este concepto abarca una variedad de expresiones visuales que celebran la estética masculina y, a la vez, exploran las complejidades de la atracción sexual, para contribuir  con  la construcción de identidades.

Desde el siglo XX, la fotografía homoerótica ha evolucionado, influenciada por movimientos sociales como el feminismo y los derechos LGBTQ+. Estos cambios han generado una mayor visibilidad y aceptación del deseo homosexual en el arte. Figuras como Robert Mapplethorpe y Lyle Ashton Harris no solo exaltaron el cuerpo masculino, sino que abordaron temas sobre el poder y la dominación dentro de las relaciones homoeróticas. Con sus propuestas transgresoras desafiaron las percepciones tradicionales sobre la masculinidad y el erotismo.

La fotografía ha pasado de ser un recurso marginal para transformarse en uno que se entrelaza con el arte contemporáneo y la cultura popular, donde los límites entre ambas categorías se han difuminado. En este mismo orden de ideas, la llegada de la postmodernidad trajo consigo un contexto propicio para manifestar las identidades sexuales diversas. Movimientos sociales, como el feminismo y la liberación homosexual, facilitaron el surgimiento de un arte que se adentró en el homoerotismo y en la representación del cuerpo masculino. En Venezuela, por ejemplo, fotógrafos como Francisco Beaufrand (Fran Beaufrand) y Luis Salmerón se destacaron en medio de esta época. Ellos, crearon obras que presentaban la estética homoerótica y los cambios culturales que se gestaron globalmente. De la misma manera, existen referentes importantes en la pintura nacional como el artista Pedro Centeno Vallenilla, quien constituyó un mundo homoerótico fundamental en las artes de mediados del siglo XX. Este pintor y dibujante reveló su preferencia por representar desnudo el cuerpo masculino y mostrar su anatomía. Algunas de sus obras sugieren, o comunican explícitamente, actividades sexuales para suscitar una reflexión sobre el deseo y la identidad.

Objeto y sujeto

La mirada gay a través de  la fotografía homoerótica juega un papel crucial. A diferencia de la masculina heterosexual, que tradicionalmente objetiviza a las mujeres, no solo observa, sino que se identifica con el sujeto fotografiado. Esta acción genera una dinámica  en la que  el hombre homosexual se convierte en el objeto y, al mismo tiempo, en el sujeto del deseo. Desde este enfoque se obtienen  perspectivas más nutridas y heterogéneas del cuerpo masculino, que desde la fotografía homoerótica son representadas de múltiples maneras, desde aquella que se centra en resaltar  lo muscular hasta la que ofrece un punto de andrógino. Esta variedad en las imágenes que se producen da cuenta de los múltiples ideales de belleza presentes en la  fotografía y desafía las normas hegemónicas sobre lo que significa ser un «hombre» en la sociedad de hoy.

Elementos simbólicos como las figuras del marinero y San Sebastián han sido reinterpretadas como iconos homoeróticos, debido a su representación artística. Estos referentes  han sido vistos como un símbolo del deseo homosexual, que reflejan el sufrimiento y la belleza. Este tipo de iconografía ha influido en cómo se perciben las imágenes homoeróticas en el arte contemporáneo, utilizadas para exteriorizar deseos íntimos. Estos símbolos han perdurado desde tiempos antiguos y se han adaptado a las diferentes imágenes creadas a lo largo de la historia. La cultura queer ha integrado estos símbolos en su imaginario, para revitalizar su significado en el contexto actual. La fotografía homoerótica no solo actúa como un medio de expresión artística, sino que sirve como un espejo para la identidad masculina contemporánea. A través de cada foto, los hombres homosexuales pueden verse reflejados y encontrar modelos a seguir en una sociedad que a menudo margina sus experiencias. Este proceso contribuye a propiciar una mayor aceptación y comprensión de las formas de masculinidad que emergen.

Construir identidades

El concepto de homoerótica en la fotografía contemporánea es un fenómeno complejo que combina arte, identidad y cultura. A medida que avanza el diálogo sobre la sexualidad y el género, este campo es vital para entender cómo se construyen y representan las identidades masculinas en un mundo cada vez más inclusivo. Desde sus discursos no solo se capturan los momentos  propios del deseo sino que, además, desafían las narrativas dominantes sobre qué  significa ser hombre en la sociedad actual.

HOMOERÓTICA, como proyecto museográfico, surgió tras conocer a un grupo de fotógrafos que investigan este tema y se denominan Círculo de Arte Erótico Latinoamericano (CAEL). Este movimiento se gestó, virtualmente, previo a la pandemia de la covid-19, en países suramericanos de la mano del fotógrafo venezolano Oscar Milano a través de su revista Él.

Los artistas participantes en esta exposición forman parte del CAEL: Erlen Zerpa, Gabriela Kotesky, Martín Toye, Rod Domínguez, Federmann Parra, Misael Carpio, César Augusto Muñoz, Lean Giménez, Rodolfo Domínguez y Franklin García. Igualmente, y no menos importante, desde una línea de investigación paralela al CAEL, está presente el trabajo de Aarón Martínez. Cada uno de estos fotógrafos hacen visibles sus líneas de investigación, logran una variabilidad conceptual desde distintas realidades y se adentran  en un lenguaje que aborda el cuerpo y el erotismo como premisa fundamental del arte contemporáneo desde, para y por la fotografía.

En definitiva, en HOMOERÓTICA la fotografía contemporánea se muestra como un campo dinámico que refleja los cambios sociales, las luchas por la visibilidad y la aceptación de las identidades queer. A medida que más creadores se involucran en estas representaciones se amplía el espectro de lo que puede ser considerado arte, para desdibujar las fronteras entre lo erótico, lo político y lo social. Sin duda, la fotografía se convierte en un vehículo poderoso para explorar y reivindicar las más diversas situaciones dentro de la cultura latinoamericana contemporánea. Por ello, desde Reset Gallery estamos muy complacidos de presentar esta colectiva, que se adentra en una visión del cuerpo, el erotismo y el espacio íntimo masculino.

Gabriel Guevara Jurado

 

 

 

 

 

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