Pablo Griss es un pintor con sede en Berlín, que deliberadamente desafía las percepciones de los espectadores y explora la naturaleza de la realidad. Sus obras de arte superan las limitaciones impuestas por el lenguaje y sirven como caminos profundos hacia una comprensión más profunda que trasciende todas las barreras comunicativas. Su abstracción geométrica incorpora tres elementos clave: Se basa en su enfoque deconstructivo de la investigación del color iniciada por el artista venezolano Carlos Cruz Diez, yendo más allá de los efectos visuales a nivel de superficie. Además, Griss está fuertemente influenciado por las técnicas pictóricas de maestros geométricos como Frank Stella y Peter Halley. Al combinar estas influencias, Griss traduce su comprensión en una perspectiva única alimentada por su fascinación por los principios electromagnéticos que gobiernan las interacciones del color y sus posibilidades dentro de su obra de arte.
En sus investigaciones recientes, Griss explora el diamagnetismo, una forma de magnetismo en la que un material es repelido débilmente por un campo magnético, lo que provoca cambios en su color. La interacción entre la luz y los campos magnéticos altera la forma en que se absorben y reflejan longitudes de onda específicas, lo que da como resultado cambios en el color percibido. Inspirado por las investigaciones sobre el color de Josef Albers, Griss se aventura en territorios nuevos y desconocidos, creando obras de arte que se adentran en las fronteras de la conciencia humana. Sus pinturas geométricas crean espacios precisos pero ambiguos.
Griss se sumerge por completo en su investigación, acercándose a ella con la precisión de un científico o matemático. Él considera cuidadosamente cada detalle, desde seleccionar la ropa de cama ideal hasta mezclar y aplicar cuidadosamente múltiples capas de pintura. Las matemáticas se entrelazan con la poesía y la magia en su estudio.
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