Carlos Cruz-Diez (1923-2019) fue un influyente artista venezolano conocido por su trabajo en el arte cinético y óptico. Nació el 17 de agosto de 1923 en Caracas, Venezuela, y falleció el 27 de julio de 2019 en París, Francia. A lo largo de su carrera, Cruz-Diez se dedicó a explorar los efectos del color y su interacción con el espectador, creando una serie de investigaciones y obras que lo convirtieron en una figura clave en el arte cinético.
Desde joven, Cruz-Diez mostró un interés particular por el dibujo y la pintura. A los diez años, recibió una caja de creyones de la esposa del escritor Manuel Díaz Rodríguez, lo que estimuló su creatividad. En 1940, ingresó a la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas, donde estudió junto a otros futuros artistas destacados como Alejandro Otero y Jesús Rafael Soto. Durante su tiempo en la escuela, Cruz-Diez se involucró en varios grupos y movimientos vanguardistas, incluyendo el Taller Libre de Arte y Los Disidentes.
Después de graduarse en 1945, Cruz-Diez trabajó como diseñador gráfico para la Creole Petroleum Corporation y dio clases de pintura e historia de las artes aplicadas en la misma escuela donde había estudiado. También fue director artístico en McCann-Erickson Advertising de Venezuela e ilustrador del diario El Nacional. Durante este tiempo, comenzó a experimentar con el color y su percepción, lo que eventualmente lo llevaría a su trabajo en el arte cinético.
En la década de 1950, Cruz-Diez comenzó a desarrollar sus investigaciones sobre el color y su interacción con el espectador. Su primer proyecto importante fue la serie «Proyectos Murales», que buscaba democratizar el arte a través de la participación pública. Esta serie sentó las bases para su trabajo posterior en el arte cinético, donde se centró en la percepción del color y su capacidad para crear ilusiones ópticas.
A lo largo de su carrera, Cruz-Diez desarrolló varias investigaciones y series que exploraron diferentes aspectos del color y su percepción. Algunas de sus investigaciones más importantes incluyen:
- Couleur Additive: Esta investigación se centra en el principio de la adición de colores, donde la combinación de diferentes colores crea nuevas percepciones visuales.
- Physichromie: Una serie que utiliza estructuras en las que la percepción del color se modifica por el desplazamiento del espectador y la incidencia de la luz ambiental.
- Induction Chromatique: Basada en el principio de la persistencia retiniana, esta investigación explora cómo la percepción de un color puede influir en la percepción de otro color.
- Chromointerférence: Una serie que estudia las interferencias ópticas creadas por la superposición de colores.
- Transchromie: Una técnica que utiliza la superposición de imágenes para crear efectos ópticos.
- Chromosaturation: Una serie que explora la saturación del color en espacios arquitectónicos, creando experiencias inmersivas para el espectador.
- Chromoscope: Una serie que utiliza cápsulas de color para crear experiencias visuales únicas.
- Couleur à l’Espace: Una investigación que explora cómo el color puede existir en el espacio sin necesidad de soporte físico.
Cruz-Diez participó en numerosas exposiciones individuales y colectivas a lo largo de su carrera. En 2003, celebró una retrospectiva en la Maison de l’Amérique Latine en París, y en 2010, tuvo una exposición en el Museo del Agua de Lisboa. Sus obras se encuentran en las colecciones permanentes de museos de renombre mundial, y ha sido considerado uno de los últimos grandes artistas vivos del movimiento surrealista.
Además de su trabajo artístico, Cruz-Diez fue un defensor de la libertad de expresión y los derechos humanos. En 1981, junto al escritor cubano Reinaldo Arenas, solicitó la liberación de los presos políticos en Cuba mediante una carta abierta dirigida a Fidel Castro. Su obra continúa inspirando a nuevas generaciones de artistas y su influencia se siente en el arte contemporáneo.
En resumen, Carlos Cruz-Diez fue un artista venezolano cuya obra ha dejado una marca indeleble en el mundo del arte cinético y óptico. Su estilo único, influenciado por su interés en la percepción del color y su interacción con el espectador, lo distinguió como una figura clave en el movimiento del arte cinético. A través de sus exposiciones, investigaciones y compromiso con la libertad de expresión, Cruz-Diez dejó un legado duradero que sigue inspirando a artistas de todo el mundo.
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